El cerebro es el órgano que utilizamos para aprender. Se debe enseñar a los niños la forma de cuidarlo de tal manera que su aprendizaje sea más eficiente. Las siguientes recomendaciones, algunas que parecen ser de sentido común, emergen de los estudios de las neurociencias y se consideran necesarias para mantener un cerebro siempre listo para aprender:
- Alimentación balanceada: Los buenos hábitos alimenticios son vitales para un buen desempeño escolar. El desayuno es quizás la comida más importante del día y debemos insistir que los niños lleguen al inicio del día escolar habiendo comido un desayuno nutritivo. También debemos insistir en la necesidad de que merienden con alimentos saludables. Se ha propuesto, además, que alimentos con alto contenido de ácidos grasos Omega-3 como el pescado pueden favorecer el aprendizaje; sin embargo el uso de suplementos de Omega-3 pare mejorar los procesos de atención y memoria no ha sido demostrado por las investigaciones.
- Limitar el consumo de cafeína: La cafeína es la única droga psicoactiva que está disponible para el consumo de los niños, principalmente en la forma de gaseosas de cola negra. Los niños que consumen estas gaseosas u otras bebidas con cafeína experimentan un bajo nivel de alerta que sólo llega a los niveles normales cuando toman estos productos, y sólo temporalmente. La mejor manera de mantener un nivel de alerta constante es eliminando estos productos de la dieta de los niños.
- Buenos hábitos de sueño: El sueño es una parte importante del aprendizaje. El sueño regular y suficiente es esencial para que el cerebro aprenda eficientemente porque ayuda a consolidar la memoria de tal manera que se mantenga firme cuando queramos accederla más adelante. El estado de alerta durante el día apoya la codificación de la información mientras que durante el sueño se maximiza la consolidación de las experiencias. El sueño también prepara para aprender más y utilizar lo que se sabe para generar nuevas ideas. El sueño, por lo tanto, no es sólo para descansar sino también para consolidar lo que se ha aprendido durante el día.
- Mantenimiento de una buena hidratación: Se ha promovido el consumo de agua como una manera de mejorar el aprendizaje ya que aún una pequeña deshidratación puede reducir la actividad cognoscitiva, en especial la habilidad para pensar. El cerebro, al igual que el resto del cuerpo, requiere de agua para funcionar adecuadamente. Sin embargo, el exceso de hidratación también puede disminuir la habilidad cognoscitiva. Debemos, por lo tanto, animar a los niños a tomar agua cuando tengan sed; su cerebro, al igual que el nuestro, cuenta con un sistema sofisticado que lleva a sentir sed cuando se detecta una disminución en la hidratación.
Bibliografía
Howard-Jones, P. (2007). Neuroscience and Education: Issues and Opportunities, TLRP commentary, London, TLRP.
Muy bueno tu articulo, me sirvio de mucho para un trabajo de investigación. Agradecido.
Muy interesante!
Es tan necesario que todos se nutran de estos conocimientos que tu puedas proporcionar a la gente porque el tiempo vuela y las informaciones nos llegan segundo a segundo y muchas de ellas debemos guardarlas en la memorias nuestras.