ESTUDIO DE DANELLI Y COLABORADORES (2013)

¿Es suficiente un sólo hemisferio derecho? 

Existe evidencia que el procesamiento del lenguaje por lo general se realiza en el hemisferio izquierdo del cerebro; por lo tanto, se considera que en la mayoría de los adultos este hemisferio es el dominante para tareas lingüísticas.  Una lesión en este hemisferio en adultos comúnmente lleva a la pérdida de funciones de lenguaje llamada afasia.  En el caso de niños, este tipo de lesión rara vez lleva a un desorden duradero del lenguaje; en estos casos, las habilidades lingüísticas cotidianas pueden recuperarse casi completamente dada la gran capacidad de plasticidad cerebral durante las etapas tempranas de la vida.  Lo anterior demuestra que el hemisferio derecho puede asumir funciones de lenguaje que generalmente se encuentran en el hemisferio izquierdo.  El estudio de Danielli y colaboradores (2013) buscó evidenciar los correlatos neuronales de funciones lingüísticas en el hemisferio derecho de un joven a quien le removieron el hemisferio izquierdo a una edad temprana.

Los investigadores realizaron un estudio de caso de un joven (EB) italiano a quien le hicieron un hemisferectomía, removiéndole el hemisferio izquierdo a los dos años y medio por tener defectos vasculares severos en este hemisferio cerebral que llevaron a varias hemorragias tanto corticales como subcorticales.  Su hemisferio derecho no tenía ninguna patología ni presentó convulsiones.  EB era diestro hasta el momento de la cirugía, al igual que toda su familia, y ya había desarrollado un nivel adecuado de lenguaje para un niño de su edad.  En el estudio de caso se analizó el funcionamiento de funciones lingüísticas que en la mayoría de las personas se procesan en el hemisferio izquierdo del cerebro, así como la activación cerebral en la realización de tareas lingüísticas, comparando con la activación del cerebro izquierdo en sujetos normales.

Resonancia magnética (MRI) de EB; la sombra negra evidencia la hemisferectomía izquierda que se le realizó. (Danielli y colaboradores, 2013)

Posterior a la cirugía, a los dos años y medio, EB presentó afasia (pérdida de las funciones de lenguaje ya adquiridas), las cuales se recuperaron en dos años, con apoyo de terapia de lenguaje intensiva.  Aunque su recuperación del lenguaje fue lenta y requirió de esfuerzo, a los dos años su nivel de lenguaje ya evidenciaba una marcada mejoría, con algunas limitaciones.   En evaluaciones neuropsicológicas a los 8 y a los 17 años, se evidenció que EB presentaba un nivel de lenguaje casi normal a excepción de competencias léxicas como la recuperación y comprensión de vocabulario, tanto en el lenguaje oral como en el escrito.  Adicionalmente, su lectura y escritura de palabras y no-palabras en italiano se encontró dentro del rango normal a excepción de aquellas que son irregulares y requieren de una lectura visual, como es el caso de las palabras importadas de otras lenguas y en tareas que utilizan palabras homófonas. 

Sus patrones de activación en la resonancia magnética funcional (fMRI) durante la realización de tareas lingüísticas fue similar a aquellos observados en el hemisferio izquierdo de participantes que formaron el grupo de control, sugiriendo que la red neuronal en el hemisferio derecho para la realización de tareas lingüísticas se realiza en áreas homólogas a las del hemisferio izquierdo en personas con su cerebro intacto.  Sin embargo, requirió activación de áreas del lóbulo frontal, en especial de la corteza prefrontal dorsolateral, evidenciando que las tareas lingüísticas son más exigentes para EB y por tanto requería del uso de funciones ejecutivas.   Por otro lado, durante la lectura presentó poca activación de la región occipito-temporal, lo cual es consistente con una dislexia visual, lo cual explica su dificultad en la lectura de palabras irregulares, poco comunes en una lengua como el italiano que tiene una ortografía bastante regular.  

Se concluye que EB logró alcanzar un nivel de lenguaje normal en su vida diaria.   Su desempeño y los patrones de activación cerebral observados sugieren que la plasticidad cerebral puede llevar a que el cerebro derecho logre desarrollar una red similar a la del hemisferio izquierdo en personas con un cerebro intacto, lo cual evidencia que su hemisferio derecho compensó en gran parte la pérdida del hemisferio izquierdo.  Sin embargo, un solo hemisferio derecho no garantiza todas las competencias lingüísticas en un caso como el de EB al cual se le removió casi todo el hemisferio izquierdo, observándose dificultades léxicas y una dislexia visual, al igual que requería de una mayor activación del lóbulo frontal, evidenciando la necesidad de un mayor control cognitivo para la realización de tareas lingüísticas. 


Evaluación del estudio de Danielli y colaboradores (2013):

Fortalezas:

  1. Los hallazgos de recuperación de funciones de lenguaje en el caso de EB son similares a otros que se encuentran en la literatura científica, evidenciando triangulación y la posibilidad de cierta generalización de los resultados.
  2. El estudio hace uso de una variedad de instrumentos como son las valoraciones neuropsicológicas a los 8 y a los 17 años, así como de resonancia magnética funcional (fMRI), encontrándose correlación entre los hallazgos en los diferentes instrumentos utilizados; por ejemplo, la poca activación del área occipito-temporal la cual soporta la lectura visual de palabras se relaciona con su dificultad en la lectura de palabras irregulares como las importadas de otras lenguas.
  3. Se provee evidencia de plasticidad cerebral en áreas homólogas del hemisferio izquierdo y una compensación que hace uso de funciones ejecutivas con el fin de alcanzar un nivel de funcionamiento “normal” en una variedad de tareas lingüísticas.

Limitaciones:

  1. Se trata de un estudio de caso realizado en un joven italiano, lo cual hace difícil generalizar sus resultados relacionados con la lectura y la escritura a diferentes tipos de ortografía.  El italiano es una lengua con una ortografía muy regular, lo cual permite una lectura fonológica de la gran mayoría de las palabras; por lo tanto, la dislexia visual que EB presentaba no lo afectaba de manera significativa.   En el caso de ortografías irregulares como el inglés, probablemente habría una mayor afectación en el aprendizaje.
  2. La remoción del hemisferio izquierdo en EB se hizo a una edad muy temprana; una situación similar a una mayor edad podría no llevar a una recuperación de funciones tan significativa y a que el patrón de afectación de la lectura puede ser diferente, llevando más a una dislexia fonológica que a una visual.

Nota:  Este estudio se puede utilizar en preguntas relacionadas con:

  1. Técnologías utilizadas para estudiar el cerebro con relación al comportamiento – RMf
  2. Neuroplasticidad
  3. Métodos de investigación – Estudios de caso

Bibliografía:

Danelli, L., Cossu, G., Berlingeri, M., Bottini, G., Sberna, M & Paulesu, E. (2013) Is a lone right hemisphere enough? Neurolinguistic architecture in a case with a very early lefthemispherectomy, Neurocase: The Neural Basis of Cognition, 19(3), 209-231.

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