Davey y colaboradores (2017) utilizaron la RMf para investigar el rol de la corteza prefrontal medial (CPFM) en casos de depresión severa en relación con los procesos de autoevaluación. Los pacientes con depresión tienden a hacer una evaluación negativa de sí mismos, llevándolos a tener una autoimagen negativa, la cual se considera estar controlada por la CPFM. La teoría postula que la CPFM actúa de manera directa en los procesos relacionados con el ser, regulando la corteza cingulada posterior (CCP), cuya actividad aumenta durante la autoevaluación explícita y tiene conexiones con el sistema límbico relacionado con las emociones. Por otro lado, se ha encontrado que la CPFM está involucrada en la cognición autodirigida como la memoria autobiográfica y la planeación personal.
Se realizaron RMfs a 71 adolescentes y adultos jóvenes con trastorno depresivo mayor TDM, algunos con trastorno de ansiedad social concomitante y a 88 participantes sanos. Es en esta edad cuando la autoevaluación es particularmente importante y la depresión todavía no es crónica y por lo tanto está menos influenciada por los tratamientos. De hecho, ninguno de los participantes había tenido tratamiento farmacológico para la depresión.
Se incluyeron tres condiciones experimentales: (1) autoevaluación, (2) atención externa y (3) fijación en descanso. En la condición de autoevaluación se les presentó a los participantes adjetivos relacionados con la personalidad y se les preguntó si la palabra los describía o no. En la condición de atención externa se les dio a los participantes unas palabras y se les preguntó si tenían cuatro o más vocales. Cada 32 segundos se les daba a los participantes un descanso de 10 segundos durante los cuales debían fijar su mirada en un punto central.
En los resultados del estudio se evidencia que en todos los participantes la CPFM regula la CCP al hacer la autoevaluación. Sin embargo, en el grupo de pacientes depresivos la CPFM tenía un efecto hiperregulador en la CCP, de tal manera que la CCP tuvo una mayor activación en el grupo de participantes con TDM. En otras palabras, el control que ejerce la CPFM en la CCP fue particularmente fuerte en los participantes con TDM. Por lo tanto, la magnitud de la influencia negativa de la autoevaluación en la conectividad entre la CPFM y la CCP es más pronunciada en la depresión. Esta conectividad entre la CPFM y la CCP se evidenció como más alterada en pacientes que además de presentar TDM también presentaban trastorno de ansiedad social.
Adicionalmente, los pacientes con TDM que presentaban mayores dificultades en la concentración y una mayor tensión interna, evidenciaron mayor conectividad negativa entre la CPFM y la CCP. Por lo tanto, la intensidad de la conectividad entre la CPFM y la CCP se asoció con la dificultad que tienen los pacientes con TDM para la concentración y la tensión interna.
Se concluye que hay una correlación entre los cambios en la conectividad cerebral y la autoevaluación; la influencia exagerada de la CPFM en la CCP en la depresión es un correlato neuronal de la autoevaluación perturbada, la cual caracteriza la enfermedad por la dificultad que tienen los pacientes con TDM para hacer un cambio entre pensar en otras cosas y pensar en sí mismos. El ser se evalúa de manera más negativa en la depresión y el estudio muestra que esto está asociado con una conectividad más negativa entre la CPFM y la CCP en pacientes deprimidos que en los sanos. Se demuestra, por lo tanto, que la CPFM tiene un rol crítico en la coordinación de una red neuronal integrada y dinámica en la representación del ser.
Estos disturbios en la conectividad serían el objetivo de la terapia conductual-cognitiva con el objetivo de lograr un cambio en la manera como el ser es percibido; ellos serían una ayuda en el desarrollo de un mecanismo para comprender la respuesta terapéutica.
Evaluación del estudio de Davey y colaboradores (2017):
Fortalezas:
- El estudio está bien diseñado y tiene una alta validez interna que permite ser replicado.
- El estudio se enfoca en gente joven durante el cual la autoevaluación es importante y la depresión todavía no es crónica y por lo tanto casi no está influenciada por los tratamientos.
- La muestra es bastante grande permitiendo establecer resultados confiables.
- Se incluye un grupo control de personas sanas que permite ver las diferencias con los pacientes en la activación cerebral al hacer la autoevaluación.
- Los hallazgos permiten sugerir objetivos para el tratamiento conductual-cognitivo de la depresión que busca cambiar los esquemas negativos que tienen los pacientes.
- La RMf permite identificar correlatos biológicos que se pueden tratar con métodos cognitivos.
Limitaciones:
- La muestra es de personas jóvenes limitando la posibilidad de generalización a personas mayores con TDM.
- El cerebro de los adolescentes todavía está en desarrollo y es posible que la conectividad en el cerebro cambie y sea diferente en adultos mayores con depresión.
- Es un experimento natural porque no se manipula la variable independiente y los resultados son correlacionales y por lo tanto no se puede establecer causa-efecto.
- Algunos pacientes tenían trastorno de ansiedad social, variable que no fue controlada en el estudio. No se incluyeron pacientes con trastorno de ansiedad social sin depresión.
- No hay claridad sobre cómo la comorbilidad entre TDM y trastorno de ansiedad social afecta la autoevaluación.
- El ambiente de la RMf al realizar la autoevaluación es artificial y por lo tanto sufre de falta de validez ecológica.
Nota: Este estudio de Davey y colaboradores se puede utilizar en preguntas relacionadas con:
- Técnologías utilizadas para estudiar el cerebro con relación al comportamiento
- Localización de funciones en el cerebro
- Etiología de la psicología del comportamiento anormal
- Métodos de investigación – Experimentos naturales /cuasiexperimentos
Bibliografía:
Davey, C.G., Breakspear, M., Pujol, J. y Harrison, B.J. (2017). A brain model of disturbed self-appraisal in depression. American Journal of Psychiatry, 174(9), 895-903.